PROBLEMAS DEL SUEÑO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

Cuando hablamos de sueño infantil nos referimos al período diurno o nocturno durante el cual los niños descansan, asimilan y organizan lo visto y aprendido, maduran física y psíquicamente, e inician y ejercitan su independencia del mundo exterior y de sus padres, por un tiempo que es variable, según su edad y conducta.

El sueño infantil cumple una función reguladora y reparadora en el organismo. Es esencial para el control de la energía y la temperatura corporal. El sueño reabastece y restaura los procesos corporales, que se han dañado durante el día.

El sueño del niño es vulnerable y frágil y puede verse afectado por factores diversos como el estado de salud, alimentación, preocupaciones, estados emocionales, fatiga física o mental, ritmo de vida, etc.

 

Patrón del sueño

El patrón de sueño de un niño pequeño es tan individual como único en el desarrollo de su personalidad. El ciclo de sueño básico está programado (biológicamente dado, no aprendido), por tanto, no puede ser alterado.

Los patrones de sueño varían según la edad. Así, los recién nacidos a término pasan alrededor del 75% del día durmiendo, teniendo como promedio 8 períodos de sueño al día, y la duración de cada período varía de un bebé a otro, siendo entre 2 y 4 horas cada vez. Hacia los 6 meses los bebés pasan el 50% del día durmiendo. Algunos bebés duermen relativamente poco, muchos necesitan dormir más; en cualquier caso, dormirán todo lo que necesitan con tal de que no tengan hambre, no les duela nada o no se les interrumpa constantemente.

Hacia los 2 años de edad, la mayoría de los niños sólo duerme una siesta por el día, normalmente después de comer.

Los padres pueden comenzar de forma gradual a inculcar rutinas, que son las bases de unos buenos hábitos de sueño, y sus expectativas pueden tener una poderosa influencia en cómo se desarrollan las rutinas de sueño de su hijo conforme va creciendo. Así pues, ante un problema de sueño, el error está en asumir que el niño es incapaz de cambiar, permitiéndole el desarrollo pobre de sus hábitos de sueño.

 

 

 

Les facilitamos los patrones generales del sueño:

 

      AÑOS                                               SUEÑO
2 – 3  Puede dormir en una cama normal, sin barandas
4 – 5  Deja de hacer siesta
6 – 7  Acepta sin demasiados problemas ir a dormir aunque sea el único que va, dice buenas noches, no se le debe acompañar aunque espera que le vayas a tapar y despedir. Si sueña por las noches no le cuesta mucho volverse a dormir.
7 – 8  Si un día duerme menos mantiene bastante la estabilidad y ritmo al día siguiente.
9 – 10  No pide luz indirecta al dormir. Si hay ruidos que le molestan cierra la puerta de su habitación.
12 – 13  Decide ir a dormir, con un criterio adecuado, sin tener que decírselo, va solo a dormir y no necesita que le arreglen la cama.
13 – 14  Sabe organizarse las tareas, va a dormir y se levanta más temprano. Respeta el número de horas de sueño.

 Es capaz de aguantar una noche durmiendo poco, por una causa justificada, pudiendo funcionar correctamente al día siguiente

 No pide habitualmente trasnochar o quedarse a ver TV, comprendiendo que debe dormir.

 

 

AÑOS DESPERTARSE
3 – 4  Pide ayuda al adulto cuando se despierta
4 – 5  Aún reclama la atención del adulto al despertarse, si bien empieza a organizar alguna actividad (habitualmente ven la TV, organizarle otro hábito saludable para cuando se levante temprano)
5 – 6  Sabe prescindir del adulto por poco rato, luego va a la cama de los padres y les cuenta cosas
6 – 7  Sabe organizarse en días de fiesta, deja dormir y coge comida y no pide la intervención del adulto hasta el cabo de un buen rato.
7 – 8  No se queja al levantarse aunque tenga sueño, sabe estar estable y vestirse sin problemas
8 – 9  Se pone el despertador si ha de levantarse antes que los demás para que no deban llamarle, resolviendo lo que tenía previsto.

 En días de fiesta se organiza correctamente y con autonomía

9 – 10  Puede despertarse con despertador, levantarse e ir a la escuela sin ayuda del adulto

 Aquí ya debe ser responsable del despertarse y llegar puntual al colegio

11 – 12  Se pone el despertador, se levanta, prepara el desayuno y va a hacer alguna actividad sin precisar la ayuda del adulto
12 – 13  No sólo es responsable de él sino que además puede despertar a otros.

 

 

 

¿CÓMO SE CLASIFICAN LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO?

 

Las alteraciones o trastorno del sueño con frecuencia son señal de que algo no marcha bien en la vida del niño.

Normalmente interfieren en la vida familiar por lo que son detectadas por los padres, o las propias quejas del niño (por insomnio), por su comportamiento alterado (sonambulismo, terrores nocturnos). Otras veces pasan desapercibidos, aunque son detectables por ciertos síntomas como cansancio, adormilamiento diurno, o bajo rendimiento escolar.

 

Los trastornos del sueño y las dificultades para dormirse son problemas muy frecuentes en la infancia:

 

  1. TRASTORNOS PRIMARIOS (no relacionados con enfermedades, trastornos mentales o ingestión de ciertas sustancias) se clasifican en 2 categorías:
  2. DISOMNIAS: Trastorno de la cantidad/ calidad/horario del sueño:
  3. a) Insomnio: Trastorno de inicio y mantenimiento del sueño.
  4. b) Hipersomnias: Trastorno por sueño excesivo o hipersomnias.
  5. c) Narcolepsia.
  6. d) Trastorno del sueño relacionado con la respiración.
  7. e) Trastorno del ciclo circadiano.
  8. PARASOMNIAS: Acontecimientos o comportamientos problemáticos asociados al sueño
  9. a) Terrores nocturnos y sonambulismo: Trastornos del despertar.
  10. b) Pesadillas: Alteraciones asociadas al sueño paradójico.

 

  1. TRASTORNO DEL SUEÑO RELACIONADOS CON OTROS TRASTORNOS MENTALES.

 

  1. TRASTORNO DEL SUEÑO DEBIDO A UNA ENFERMEDAD MÉDICA GENERAL.

 

  1. TRASTORNO DEL SUEÑO INDUCIDO POR SUSTANCIAS.

Otro tipo de trastorno no considerado por las clasificaciones tradicionales es el TRASTORNO PEDIÁTRICO DEL SUEÑO O “INSOMNIO INFANTIL POR HÁBITOS INCORRECTOS”. Se trata de un tipo de disomnia en la que los menores de 5 años presentan dificultades para dormir. Es uno de los problemas que con más frecuencia consultan los padres.